ALTERNATIVAS DE FINANCIACIÓN PARA PYMES

05 de julio de 2015

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Para cualquier director financiero la prioridad debe estar en conocer el coste de financiación de sus recursos. Estos últimos años de restricción en la financiación por parte de las entidades financieras, ha supuesto también en muchos casos un incremento de los costes de financiación de las empresas.

 

Para las grandes empresas, buscar fuentes de financiación puede ser más fácil que para pymes y emprendedores. Aunque con limitaciones, han seguido teniendo “abiertas las puertas” de los bancos y además tienen acceso a mercados y mecanismos que para las pymes son casi inaccesibles por su coste y dificultad de puesta en marcha. Estudios recientes confirman la dependencia de las pymes hacia las formas tradicionales de financiación. Hasta ahora, para las pequeñas y medianas empresas, la única posibilidad de obtener recursos era la autofinanciación o las entidades financieras. Esto se radicaliza cuando además se trata de financiar proyectos de innovación. En la mayoría de los casos las pymes desconocen la existencia de otras vías. Sin embargo, cada vez son más las formas de financiación alternativas a la banca tradicional.

Numerosos fondos de inversión (Fondos de Capital Riesgo), la mayoría extranjeros, se animan a formar parte del capital de empresas, sobre todo para proyectos destinados a la innovación. A éstos se unen las tradicionales Sociedades de Capital Riesgo que están funcionando en España desde hace casi treinta años. Ambos participan en la gestión de la empresa de manera activa y con un horizonte de inversión limitado.

El Mercado Alternativo Bursátil, MAB, se crea en España en 2005 para proporcionar financiación a las pymes (en este caso tienen que estar bajo la forma jurídica de Sociedad Anónima) como parte de sus recursos propios. El acceso al MAB supone para la empresa una manera de conseguir notoriedad y para el accionista, liquidez. Todo el proceso está controlado por Bolsas y Mercados Españoles (BME) y regulado por la CNMV.

Más reciente es la figura del Business Angel. En este caso se trata de inversores privados que deciden aportar recursos propios a empresas en fase de expansión. Su finalidad es la obtención de plusvalías y no están tan interesados en la gestión diaria de la empresa como en el caso de las SCR. Su participación en el capital también es minoritario. En España se agrupan en la Red Española de Business Angel (ESBAN).

Por último el crowdfunding, tiene su origen en la forma de financiación de las ONG. Una empresa, generalmente en sus inicios, comparte su proyecto y los particulares que estén interesados aportan pequeñas cantidades de capital hasta completar el importe total requerido para la puesta en marcha del proyecto. El pasado 28 de febrero el Consejo de Ministros aprobó un anteproyecto de Ley que trata de regular su funcionamiento. En España existen varias plataformas que gestionan proyectos mediante esta modalidad.

En definitiva, es importante saber que fuera del negocio bancario tradicional, existen formas de financiarse que se pueden adaptar a cada necesidad y perfil de empresa.

 José Antonio Pérez Muriel

es.linkedin.com/in/jpmuriel

http://joseantoniopmuriel.blogspot.com.es/